WWE: Unreal, ¿ha matado el kayfabe?
El estreno de la serie de WWE en Netflix provoca un gran debate sobre los secretos de la lucha libre

Netflix ha estrenado esta semana WWE: Unreal, una docuserie que se adentra en las profundidades del vestuario de la compañía más grande del wrestling, mostrando cómo un grupo de personas mueve los hilos para decidir qué es lo mejor para el espectáculo. A primera vista, parecía un documental fascinante, pero su llegada no ha pasado desapercibida: ha levantado numerosas ampollas, especialmente entre el sector más conservador del negocio, que critica la escasa defensa del kayfabe.
Este artículo de opinión ha sido elaborado en base a mis opiniones en el canal de Youtube de Solowrestling. Si quieres ayudar al proyecto, entra, mira el vídeo, dale al like y suscríbete, porque este fin de semana analizaremos a fondo lo que ocurra en SummerSlam. Puedes ver el vídeo a continuación.
El documental se centra en la preparación de las historias más trascendentales de WWE, desde el estreno de Raw en Netflix hasta la llegada de WrestleMania. Sin embargo, la plataforma también incluye material grabado durante el año previo para dar mayor contexto. Triple H asume el papel de maestro de ceremonias y se erige como la figura clave de la producción, apareciendo en todos los episodios y mostrando su influencia directa tanto sobre las superestrellas del roster como sobre la alta directiva de la empresa.
Lo cierto es que numerosos medios y fans han señalado el protagonismo excesivo de Triple H en la docuserie. Incluso periodistas de renombre, como Dave Meltzer, han acusado a Netflix de ensalzar su figura mientras se minimiza la relevancia de estrellas del calibre de Cody Rhodes o Rhea Ripley. Aun así, la producción refleja la realidad del vestuario de WWE: un entorno donde el respeto y la profesionalidad son esenciales, y en el que Triple H ejerce como la figura de autoridad que garantiza que nada se salga de control. En mi opinión, Triple H aparece demasiado, y se le da un crédito inflado, en detrimento de otras personas que toman decisiones en WWE, pero realmente parece que todo el mundo le respeta, y eso es algo muy importante a tener en cuenta.
Al inicio de la docuserie se filtra la cartelera original de WrestleMania 41. Aquella lista preliminar de combates resultaba mucho más apetecible para muchos fans, con duelos tan llamativos como Dominik Mysterio contra Bad Bunny o un enfrentamiento por el Campeonato Mundial Peso Pesado de WWE entre Gunther y CM Punk. En este punto, es de agradecer la transparencia de WWE al mostrar cuáles eran sus planes iniciales, porque, visto el resultado final, cualquiera pensaría que más de un fan acabaría llevándose las manos a la cabeza con algunas de las decisiones que finalmente se tomaron.
La docuserie también pone el foco en Jey Uso y su inesperada victoria en el Royal Rumble. Inicialmente, el equipo directivo de WWE había señalado a CM Punk como ganador, e incluso se había contemplado a John Cena como alternativa. Sin embargo, una llamada de Michael Hayes lo cambió todo: fue él quien recomendó apostar por Jey Uso, aprovechando su enorme conexión con el público y buscando dar un giro fresco a la narrativa. En este punto, se echa en falta que WWE mostrara más testimonios de quienes, tras aquella decisión, cambiaron su punto de vista sobre el desenlace. También faltó ujna explicación sobre por qué la idea de Hayes "fue a misa".
Uno de los momentos más destacados de la serie llega en el capítulo 4, donde se detalla con precisión cómo se gestó el inesperado turn heel de John Cena. A nivel de producción, este episodio es el más sobresaliente, mostrando un esquema de las numerosas llamadas entre las figuras clave de la empresa. La aparición de The Rock en Elimination Chamber sirvió como detonante, pero la idea final fue fruto de un trabajo conjunto. Fue Bruce Prichard quien terminó por convencer a Triple H para dar el paso definitivo y realizar las preguntas necesarias a las personas implicadas. En este apartado cobra especial relevancia la figura de Prichard, que se reafirma como la mano derecha de Triple H en todo momento.
WWE: Unreal también se adentra en el lado más íntimo y personal de las superestrellas de la compañía. Destacan momentos con Cody Rhodes junto a su familia, así como con Rhea Ripley y CM Punk. Especialmente llamativo es el enfoque sobre CM Punk, cuya historia está marcada por el tormento de perseguir durante años el sueño de encabezar una noche de WrestleMania, un objetivo que finalmente logró alcanzar. La serie muestra cómo, a día de hoy, Punk y Triple H parecen estar en la misma sintonía, aunque ambos -sobre todo Triple H- reconocen que su relación en el pasado fue muy complicada. Además, el documental revela que el regreso de CM Punk a WWE pudo haberse producido mucho antes, pero no se concretó debido a la actitud del propio luchador en aquel momento.
Otro aspecto interesante es la puesta en escena de Charlotte Flair y la leyenda urbana que la tacha de ser una egomaniaca. El documental aclara lo ocurrido entre ella y Tiffany Stratton, mostrando cómo Triple H tuvo que intervenir para mediar en la situación. Sin embargo, Flair se muestra sorprendentemente cercana y generosa en los momentos previos y posteriores a su combate contra Tiffany en WrestleMania, llegando incluso a abrazar a su oponente y preocuparse por ella justo después de la derrota. En lo personal, ya he comentado en varias ocasiones que he tenido la oportunidad de conocer a Charlotte Flair. Y, con algo de intuición y experiencia para leer a la gente, me di cuenta de inmediato de que es una buena persona.
¿Vale la pena verlo?
Es una pregunta que me han hecho muchas veces y mi respuesta es un enérgico “SÍ”. El documental es muy entretenido, especialmente para los fans de la lucha libre profesional y, en particular, de WWE. Eso sí, no es una producción que vaya a captar demasiado la atención de quienes no son seguidores habituales, a diferencia de lo que ocurrió con *Mr. McMahon*, un documental mucho más esperado que logró atraer a un público mucho más amplio.
¿WWE: Unreal mata el kayfabe?
Bajo mi punto de vista, el kayfabe lleva años muerto, especialmente en WWE. El retiro de The Undertaker fue, simbólicamente, el punto final de aquella era, aunque la compañía ya había dado pasos previos con producciones como Total Divas, que mostraban la vida personal de las superestrellas, o con la publicación de vídeos en YouTube donde ya se enseñaban imágenes entre bastidores.
Lo único que me preocuparía es el impacto en la afición más joven. Cuando era niño y descubrí WWE con apenas 8 años, me preguntaba si la lucha libre era real. Esas dudas forman parte de la magia de la infancia para casi cualquier fan. Cuando finalmente descubres que el wrestling no es completamente real, eres tú quien decide si seguir en el barco o bajarte. Una docuserie como esta podría adelantar ese momento de forma prematura, pero al no estar pensada para ese público, no creo que tenga un gran efecto en los más pequeños.