Sebastián Martínez - 11/01/2025
Esta semana, WWE ha dado el pistoletazo oficial de salida en Netflix. Algunos países ya habíamos podido disfrutar del producto en la plataforma anteriormente, pero toda la carne en el asador se ponía a partir del 6 de enero con la primera emisión de Monday Night Raw en Estados Unidos y a nivel internacional.
He leído muchas opiniones y comentarios, con los que estoy de acuerdo en muchos aspectos pero, en general, es que da la sensación que hemos entrado en una nueva era, aunque no hemos notado un gran cambio más allá de la aparición de grandes leyendas y una puesta en escena un poco más moderna.
Un RAW no tan espectacular
Monday Night Raw se presentaba como el monstruo televisivo al que debíamos prestar toda la atención. The Rock, John Cena, Roman Reigns, CM Punk... la cartelera estuvo cargada de grandes estrellas que iban a asombrar a la multitud. El show comenzó francamente bien, con una presentación espectacular de Triple H y una entrada especialmente electrificante de Dwayne "The Rock" Johnson. No obstante, ambos dijeron lo que ya sabíamos y no aportaron nada nuevo.
Las luchas de este espectáculo fueron entretenidas y extensas, sobre todo para ser de un show semanal, pero casi ninguna de ellas fue súper especial. El opener fue desdibujado por la enésima aparición de medio roster de WWE. El único momento que realmente se sintió profundo fue la entrega del Ula Fala por parte de Johnson, quien tuvo una noche demasiado afable (sobre todo con Cody Rhodes), muy diferente a lo que la mayoría de fans esperaban. The Rock estuvo de adorno, tanto en Raw como en NXT, un adorno que ayuda a la audiencia, todo hay que decirlo.
John Cena protagonizó uno de los momentos más esperados del show. Pese a que dio un gran anuncio, la forma cómica en hacerlo le quitó un poco de epicidad. El espectáculo fue así en líneas generales, con mucho ruido, combates extensos, puesta en escena magnánima, pero con poco trasfondo. Tampoco ayudó la aparición de Hulk Hogan, una decisión muy torpe por parte de las personas que lo decidieron.
WWE NXT sale reforzada
El show que seguramente salió más beneficiado esta semana de arranque fue NXT. El espectáculo del martes tuvo la ventaja de tener varias luchas titulares en su cartelera. La guinda del pastel la puso The Rock con una aparición que se anunció en Raw. Posiblemente, realizó una promo con más jugo que la del día anterior. El espectáculo contó con tres cambios titulares, dos de los cuales fueron los títulos principales de la marca. Además, el público pudo disfrutar de una victoria de Stephanie Vaquer y a otras mujeres en acción, las cuales se han adueñado del programa gracias a su carisma y su calidad en el ring. En general, fue el show más completo de los tres, y curiosamente el que menos tiempo de duración tuvo.
A SmackDown le costará aguantar el ritmo de 3 horas
La sensación con SmackDown es que anoche vimos un show habitual, nada fuera de lo normal. El espectáculo tuvo tres horas de duración y se hizo ameno, pero no fue demasiado entrenido. Las historias tuvieron una continuación, aunque vimos más de lo mismo. Es probable que algunas estrellas tuvieran tiempo para estar en televisión y que WWE se pudo tomar las cosas con otro ritmo, pero SmackDown, a diferencia de Raw, siempre se ha caracterizado por su fluidez y rapidez, y este cambio podría no haber encajado como uno esperaba. Suena a que el show volverá al formato de dos horas cuando la fiebre de Netflix se haya estabilizado.
En líneas generales, la nueva etapa de WWE en Netflix promete, pero la compañía debe profundizar un poco más en las historias y no caer en el efecto repetitivo, algo que empezamos a ver habitualmente en la etapa Triple H. WWE vendió RAW como algo que no te podías perder. El show estuvo por encima de un Raw habitual, pero no hubiera pasado nada si no lo hubieras visto en vivo. Esto no ha hecho más que empezar y es muy probable que funcione, y que WWE logre más muchos más fans alrededor del mundo, pero los de siempre seguimos esperando que WWE sea la compañía innovadora que nos prometió.