Sebastián Martínez - 29/01/2025
Desde su ascenso como la figura dominante de WWE, Roman Reigns ha sido el líder indiscutible de The Bloodline, uno de los stables más exitosos en la historia reciente de la empresa. Sin embargo, una de las incorporaciones más inesperadas y memorables del grupo fue la de Sami Zayn, cuyo carisma y talento lograron encajar a la perfección con la dinámica del grupo.
En una reciente entrevista con CBS Sports, Reigns habló sobre cómo tomó la decisión de aceptar a Zayn en el grupo, el impacto que tuvo en The Bloodline y cómo su química en pantalla fue clave para crear algunos de los momentos más memorables de WWE en los últimos años. Para Reigns, la inclusión de Zayn fue una estrategia que benefició a ambas partes, permitiendo mostrar nuevas facetas de su personaje mientras elevaba a Sami a un nuevo nivel.
"Asumo toda la responsabilidad por Sami. Estaba haciendo lo suyo con Jackass y todo eso. Siempre admiré su trabajo, porque no es fácil hacer lo que hacemos cuando estás frente a un profesional experimentado, alguien con años en el ring. Y él tuvo que hacerlo con personas que no necesariamente sabían lo que hacían, con todo el equipo de Jackass. La manera en que hizo que eso funcionara me hizo ver algo completamente diferente de lo que nosotros estábamos haciendo. En ese momento, éramos extremadamente exitosos, todos éramos campeones, pero pensé: "Esa es una personalidad con la que puedo conectar y mostrar otras facetas de mi carácter, además de ayudarlo a crecer", explicó Roman Reigns.
"Sami es un luchador experimentado, alguien que ha recorrido mucho camino. Sabía que tenía no solo el talento, sino también la experiencia para trabajar en el plano estelar de WWE. Y tenía razón. Se convirtió en un gran activo para The Bloodline. Nos ayudó, pero nosotros también lo ayudamos muchísimo. Así es como funciona. Fue una verdadera asociación en la que todos salimoa beneficiados".
"Sobre volvernos a juntar, quizás podríamos haberlo hecho de otra manera, pero Sami es un talento especial… y también un dolor de cabeza con el que lidiar a veces, pero es porque le importa que todo funcione. Dios bendiga al Wiseman (Paul Heyman) por tener que tratar con él todo el tiempo", comentó Reigns entre risas.
"Honestamente, todo fue decisión mía. Lo vi, lo supe, lo sentí. Sabía que si nos ponían juntos en backstage, sería oro puro. Terminó tardando más de lo esperado, pero una vez que sucedió, creo que fue en Montreal, y cuando finalmente entró en el vestidor conmigo, fue magia. Una sola toma bastó. Desde ahí supimos que la química iba a ser increíble. Y los resultados hablan por sí solos".