Sebastián Martínez - 01/12/2025
Haku, uno de los nombres más respetados -y temidos- de la lucha libre profesional, sorprendió en una entrevista al admitir que hubo veteranos ante los que él mismo prefería no acercarse demasiado. Pese a su reputación casi mítica, el samoano reconoció que aquellos hombres representaban un nivel de dureza que incluso él no estaba dispuesto a desafiar.
En el podcast Two Man Power Trip of Wrestling, Haku recordó su respeto absoluto hacia figuras como Harley Race, Road Warrior Animal, Road Warrior Hawk y los hermanos Steiner. Sus palabras dejaron claro que, incluso en una era repleta de tipos duros, estas leyendas marcaban la diferencia.
Tenía miedo de ellos, y siempre mantuve la distancia. Eran los tipos más duros que conocí en este negocio, mientras yo era solo un chico de un país del tercer mundo intentando mantener a mi familia.
La declaración sorprendió a muchos fans, acostumbrados a escuchar historias de cómo Haku, en WWE y WCW, era el hombre al que nadie quería enfadar. Su fama como luchador legítimamente peligroso dentro y fuera del ring se extendió durante décadas, hasta el punto de convertirse en una leyenda viviente del vestuario. Aun así, su humildad al recordar sus inicios refuerza esa imagen de respeto hacia quienes abrieron el camino antes que él.
De “King Haku” a Meng
Más allá de esa confesión, la trayectoria de Haku en las grandes compañías consolidó su estatus como uno de los competidores más temidos del mundo. En la WWE de finales de los ochenta formó parte de los Islanders, brilló en la familia Heenan y llegó a portar la corona como 'King Haku', un personaje que reforzó su aura imponente.
Su salto a WCW como Meng lo llevó a otro nivel. Integrado en el Dungeon of Doom, se convirtió en una presencia intimidante gracias a su estilo físico y al temido Tongan Death Grip, una llave que terminó formando parte del imaginario colectivo del wrestling de los noventa. Durante esa etapa, numerosos compañeros han explica que, si había una pelea real en el vestuario, Meng era el hombre que nadie quería tener enfrente.