- 21/12/2025
Sting ha vivido este fin de semana uno de los momentos más simbólicos de su retirada: su última firma de autógrafos luciendo su icónica pintura facial. El legendario ex campeón, que anunció que 2025 sería el último año en el que realizaría firmas caracterizadas, apareció maquillado por última vez en WrestleVerse Fest en Pittsburgh.
En una breve entrevista con Denise Salcedo, Sting dedicó un mensaje de cariño a los fans que lo han acompañado durante más de tres décadas. "Solo quiero decir gracias. Os quiero. Creo que hemos tenido una historia de amor durante muchas décadas y voy a echaros de menos, seguro. Pero habrá pequeños momentos con AEW más adelante. Os quiero a todos, gracias".
Aunque para el público el día era claramente especial, Sting confesó que él intentaba vivirlo con normalidad, hasta que las emociones de quienes le rodeaban le hicieron ver la magnitud del momento.
Sting explicó que su hija le enviaba mensajes con emojis llorando, recordándole que esta sería su última firma pintado; además, familiares y amigos se desplazaron para acompañarle en este cierre simbólico.
Siento que es un día normal, como cualquier otro. Pero ves a tu hija diciéndote ‘¡Papá, es la última!’ y a tus amigos viniendo a estar contigo… y ahí notas ese fuerte trasfondo de 'Vaya, esto es el final. De verdad'. Es agridulce.
Sting añadió que le alegrará dejar atrás los viajes interminables de aviones y trenes, pero que el contacto con la gente es lo que más echará de menos. Con esta despedida simbólica, Sting continúa cerrando, paso a paso, uno de los capítulos más influyentes que haya vivido un luchador profesional en la era moderna.
La etapa más definitoria de Sting comenzó en 1996, cuando abandonó sus colores vivos y su estética de héroe clásico para transformarse en una figura sombría inspirada en la película The Crow. Tras sentirse traicionado por el vestuario de WCW en plena guerra contra la nWo, Sting dejó de hablar, se ocultó en las vigas de los pabellones y adoptó un aura misteriosa que cambió para siempre su conexión con el público. Ese silencioso vigilante, vestido de negro y con el rostro pintado de blanco, se convirtió en el personaje más icónico de la compañía durante el periodo de mayor rivalidad con WWE.
Este “Sting cuervo” no solo revitalizó su carrera, sino que marcó un antes y un después en la narrativa del wrestling. Su presencia imponente, sus apariciones inesperadas y la construcción lenta de su rivalidad con Hollywood Hogan definieron la cima creativa de WCW. Décadas después, aquella transformación sigue considerándose uno de las reinvenciones más exitosas en la historia del negocio, consolidando a Sting como una leyenda intergeneracional.