Sebastián Martínez - 29/12/2025
Desde hace tiempo, una parte de la afición de WWE se pregunta por el regreso de los eventos premium exclusivos por marca, una fórmula que en su día permitió dar protagonismo a talentos menos utilizados y construir carteleras más amplias. Sin embargo, ese modelo parece hoy más lejano que nunca, y no por falta de roster ni de ideas creativas.
La realidad actual de WWE pasa por un ecosistema mucho más condicionado por los acuerdos televisivos que por la nostalgia o el equilibrio de plantillas. En ese contexto, los PLE conjuntos de Raw y SmackDown no son una elección artística, sino una consecuencia directa de cómo están estructurados los contratos de derechos audiovisuales.
Durante una reciente sesión de preguntas y respuestas de Fightful, el periodista Sean Ross Sapp habló de la posibilidad de que WWE recuperara los eventos separados por marcas para dar mayor exposición al talento infrautilizado. Su respuesta fue clara: la decisión no depende de WWE, sino de su socio mediático.
No pagaron por media plantilla en un PLE. Lo que sí pagaron fueron eventos de cinco o seis combates. Eso es lo que se ha convertido en el estándar ahora.
Según explicó Sapp, este formato reducido incluso benefició a WWE durante un tiempo, ya que permitió trasladar combates importantes a la televisión semanal, reforzando el valor de Raw y SmackDown. Pero ese equilibrio tiene un precio: menos espacio en los grandes eventos para el resto del roster.
El problema de fondo es puramente contractual. WWE tiene pactado un número mínimo de eventos con ESPN, y mientras ese acuerdo no se amplíe económicamente, no existe ningún incentivo real para producir más PLEs o dividirlos por marcas.
Sapp fue tajante al respecto: si no hay una compensación adicional por esos eventos extra, el regreso de los PLEs exclusivos no beneficia a nadie dentro de la empresa. Ni a la estructura del calendario, ni a la planificación televisiva, ni al propio negocio.