No es ninguna casualidad que el ascenso de Randy Orton a “main eventer” se produjera como heel, ya que su forma de interpretar a un psicópata desde 2007 hasta 2010 le hizo convertirse varias veces en campeón de la WWE y tener un gran feudo con John Cena en el que los dos competidores dieron espectáculos tremendos. La combinación del talento malévolo y esa cara capaz de emular a una serpiente a punto de morder son las señas de identidad del “Legend Killer”. Sin embargo, el nuevo “heel turn” no acaba de llegar (aunque se sigue anticipando) y parece que Orton seguirá como babyface al menos hasta SummerSlam, y quién sabe si después también.
¿Por qué? Sencillamente, parece que Orton es un competidor que también gusta como “chico bueno” a niños y no tan niños. Esto puede deberse con toda seguridad a su finisher: el RKO, uno de los más impactantes de la empresa, y a su personaje. El Randy Orton babyface es un renegado, un tío que va por libre y que no duda en hacer lo que cree que se debe hacer (incluso pelearte con tu compañero de equipo, como hizo con Sheamus o Daniel Bryan), un tipo duro le pese a quien le pese y eso vende (preguntadle a Vince sobre Stone Cold Steve Austin), pero siendo sincero, a mí no me convence.
No puedo entender cómo el individuo que destrozó al padre de Cena con una patada sale al ring ahora y hace las delicias del respetable (referenciando al gran Héctor Del Mar), como tampoco puedo comprender que el psicópata que atentó contra los McMahon antes de WrestleMania 25 siga oyendo ánimos de niños cuando se retuerce para hacer el RKO, y menos que el tipo potencialmente peligrosoque besó de forma malévolamente perfecta a Stephanie delante de su marido Triple H en una de las rivalidades que más me gustó de la WWE en los últimos años oiga vítores cuando dice: "My name is Randy Orton". Debido al “overbooking” de heels en el roster de la WWE, parece que no veremos al Orton retorcido que esperamos hasta dentro de un tiempo.
Sólo pido un poco de consideración a los guionistas, ya que el mismo Randy ha comentado que para él es más fácil hacer de cabrón. No solo se nota en su carácter, sino a la hora de formar a jóvenes talentos. El legado a Cody Rhodes (antes de ser Errol Flynn) como chico malo se nota mucho, y lo podréis comprobar en su etapa de chico con trastorno compulsivo con la belleza cuando llevaba la máscara protectora de plástico. Creo que el mundo del entretenimiento necesita que la WWE vuelva a ser una película de serie B en la que Orton horrorice a los tipos buenos de la empresa.
Adrián López
Colaborador de Solowrestling.com
Twitter: @gmdrunk
