Daniel Bryan vs. The Miz.
Buen combate, cumplidor, con ambos wrestlers demostrando su buena forma, pero al que le faltó ese punto diferencial que le diera un salto al siguiente nivel. El comienzo fue lento y los primeros minutos fueron una exhibición de carisma, con Mizanin provocando y Daniel ejerciendo de underdog babyface. Ambos jugaron con el público y vendieron cada acción como algo único, pero en realidad sus secuencias no eran nada destacadas, más bien sus típicas actuaciones semanales vendidas de una manera más épica. Poco a poco, fueron dando más dinamismo a la lucha y Bryan se mostraba superior, con más seguridad, aunque en cualquier despiste, Miz aprovechaba para retomar el control y aplicar una mayor contundencia que la del dragón americano.
Un encuentro muy correcto, pero que no aportaba nada novedoso. La parte final fue más rápida, más entretenida y con menos parones. Miz jugó bien sus cartas y fue más resolutivo que un Daniel que era todo pundonor. Sus ganas de vencer pudieron más que su inteligencia y su estrategia no fue la más adecuada. Un punto a explotar en la storyline en semanas venideras. La lucha mejoró y justo cuando más interesante se estaba poniendo, llegó el final. El espectáculo estaba siendo atractivo y quizás le faltaron en el final esos minutos que le sobraron al principio. Lo cual es algo bueno, ya que dejaron a la gente con ganas de más y se lucieron hasta convertir al match en uno de los mejores de la noche.
El público estaba igual de metido y los cánticos eran claramente a favor de Bryan, por lo que la victoria final de Miz generó grandes abucheos. Por la historia que llevan tras de sí, es normal que esta rivalidad prosiga en el tiempo, así que para mantener el interés, era necesario darle un triunfo a Miz, para alargar el triunfo definitivo de Bryan y para dar un motivo más sobre el cual hacer girar las promos provocativas del heel. Siendo el chico malo es difícil ganar limpio en WWE, así que en esta ocasión el factor desequilibrante fue el objeto que desde la grada Maryse pasó a su marido. Una buena manera de generar heat en contra de ella y promocionar su reality…
Nota: 7,5
Finn Bálor vs. Baron Corbin.
Esto puede interpretarse de dos maneras. Como un nuevo inicio de Bálor y un push brutal para él que tuvo su comienzo anoche. O como un recurso para llamar la atención de la grada de manera puntual, mandar contentos a sus fans a casa y hacer algo espectacular. Si fuera lo primero, no me parecería del todo mal, pero conociendo a WWE, me temo lo segundo. Finn tiene un gran potencial, pero parece ir sin rumbo, con semanas defendiendo a la comunidad LGTBI y otras semanas siendo un demonio oscuro. Semanas siendo un guerrero combativo y serio, y otras semanas siendo un graciosillo irónico y sin aguante.
En fin, que tiene una discontinuidad desconcertante. Me gustó ver al Demon King aparecer de nuevo, pero pensándolo fríamente creo que no vale para mucho. Obviando que su versión oscura tiene las mismas habilidades que su versión común, lo que no entiendo es el porqué sacó a relucir a su alter ego de ocasiones especiales cuando se enfrentaba a un rival relativamente sencillo, que no lo pone en dificultades en la mayoría de las ocasiones y ante el cual no se jugaba nada. Ese hecho es el que impide que lo veamos como algo especial.
En cuanto a ejecución no estuvo mal, la reacción de la grada fue positiva y la duración del combate también, ya que era lógico que hubiera algo distinto y, al menos, le resultó más fácil ganar de manera contundente como consiguió. Respecto a Corbin, pues superado ante la situación y como simple objeto decorativo para recibir un squash que pusiera over a su enemigo. Hasta cierto punto es lógico que recibiera su merecido, pero claro, tiene la misma tendencia que sufría Wyatt. Un personaje que cuando parece que despega es arrasado en el PPV. Difícil que tenga credibilidad con actuaciones así, aunque quizás su lugar sea ese y tampoco pueda aspirar a cotas superiores.
Nota: 3,5
Campeonato de Estados Unidos.
Shinsuke Nakamura (c) vs. Jeff Hardy.
Combate previsible al que le sucedió lo contrario que a otros. En donde no se esperaban sorpresas o finales raros, los hubo y, aquí, que era donde se esperaba una interferencia decisiva de Orton, tuvimos un enfrentamiento limpio en el cual Randy, pese a aparecer en el post-match, pasó desapercibido. El nivel fue el común de un semanal, con dos hombres que explotaron su carisma y su cara más dedicada al show que sus habilidades in-ring, lastradas por las condiciones físicas actuales de ambos. Nakamura quiso vacilar a Hardy y este se puso a su nivel, antes de comenzar un toma y daca basado en las mismas pautas que suelen ofrecer en SD. Nada especialmente relevante y un dominio alterno bastante decente, pero que no aportaba nada distinto. A sus fans les parecería divertido y a sus detractores un aburrimiento, pero en líneas generales, no se puede calificar como malo el enfrentamiento. El moveset de ambos, con los vuelos de Jeff y las patadas de Shinsuke es bastante atractivo de por sí, así que eso los mantuvo con la atención de una grada menos ruidosa que en otras peleas.
Al final, el japonés salió bastante beneficiado del bookeo, ganando limpio, algo que para ser un heel no está mal. Además, fue de las pocas retenciones legales de la noche, si no la única, lo que muestra su supremacía como campeón. Es cierto que Jeff tampoco quedó demasiado mal ya que tuvo sus momentos de control y el Swanton Bomb sobre el borde del ring fue lo que le dejó tocado pero, al fin y al cabo, la responsabilidad de ese error no deja de ser suya. Un combate correcto, pero bastante corriente, sin nada que destacar y que deja a Orton como amenaza, ya que probablemente relegará a Jeff y ocupará mejores posiciones. Sorprendente su poca trascendencia en Summerslam, pero esperará para lanzar el ataque definitivo cuando llegue el momento correcto. Asusta pero no ejecuta, de momento.
Nota: 5
Campeonato de mujeres de Raw.
Alexa Bliss (c) vs. Ronda Rousey.
Squash disfrazado en el cual había tanta diferencia entre las contendientes que más que una lucha fue un segmento cómico. Prácticamente la sensación es la misma que con Strowman, que se puede sacar mucho más y, aunque sea normal que ganen él o Ronda, el espectáculo es menor del que debería ser. Hubo cosas positivas, como la reacción que obtuvo Rousey o las perspectivas a futuro que se abren con su victoria. No es que sea su fan número uno, pero al menos ahora el título está en manos de una campeona creíble y a la que va a costar derrocar. Independientemente de que sea pronto para que lo ostente o que no pueda dar promos fluidas, Ronda aporta al título exposición mediática y un reto, presentándose como una campeona difícil de vencer.
La lucha, como digo, tiene poco que analizar. Una nueva campeona, tremendamente superior, que hasta se mostró más inteligente que Bliss. Alexa dudó en un momento si huir o no, pero cayó en la trampa de tratar de atacarla cuando esta se sentó sobre el ring de espaldas a ella, incitándola a que la venciese con ventaja, pero de forma legal. Evidentemente, parecía una niña frente a una mujer experimentada y la paliza fue obvia a la par que sencilla, sin desgastar demasiado a Ronda. Bookeo coherente para coronar una historia que ha dado algo de pena, ya que Alexa podría haber sido mejor vendida y haber planteado un mínimo de batalla de haber actuado de otra manera durante su reinado. Un detalle positivo fue el aplauso a la salida de Nattie, merecido y emotivo, aunque me pareció demasiado pronto para sacarla a escena. De todas formas, es una decisión suya y es respetable. Mucho mejor que el foco sobre las Bellas, que tuvieron más protagonismo casi que la propia Alexa, en labores de promoción.
Nota: 3