La temporada invernal del wrestling ha vuelto a sorprendernos con confirmaciones y eventos que han superado las expectativas de los aficionados en todas las compañías, empezando por WWE, siguiendo por AEW y terminando con NJPW e Impact Wrestling.
En el caso de WWE, Royal Rumble se sigue manteniendo como la gran referencia de cada invierno. Aunque este año, a diferencia de otros, la batalla real masculina no nos ha dado ninguna sorpresa, confirmando los pronósticos de la mayor parte de la prensa especializada en apuestas deportivas, con el vencedor por segundo año consecutivo Cody Rhodes consolidando su historia con Roman Reigns. Eso sí, aunque el público volvió a volcarse con él, las mayores ovaciones de la noche fueron para CM Punk y Andrade por sus regresos.
Para la edición femenina el desenlace no fue tan predecible. Becky Lynch, que partía como favorita en las apuestas, llegó hasta el final, sin embargo fue Rhea Ripley quien acabó imponiéndose. Así, la campeona de RAW se convirtió en la primera luchadora en años que gana el Royal Rumble y mantiene su título al mismo tiempo, un movimiento que, según varias fuentes internas, responde al interés de WWE en hacer de ella el rostro principal de la división femenina.
Además de dichos combates, la noche nos dejó un duelo inolvidable entre Seth Rollins y Drew McIntyre, en el que finalmente este último, pese a haber conseguido recuperar fuerzas en las últimas semanas, no pudo con un Rollins que sigue sumando defensas sólidas y se perfila como una pieza clave en el tablero.
Podemos comparar semejante duelo con el encuentro más comentado de AEW: MJF contra Samoa Joe por el campeonato mundial. Contra todo pronóstico, Joe logró arrebatarle el título a MJF, terminando así su reinado. El resultado ha marcado un punto de inflexión con la compañía apostando por un giro que no estaba en los planes de la mayoría de analistas y que configura el panorama futuro con rumbo a Revolution.
Otro punto de interés fue la defensa por el título de Toni Storm ante ante Hikaru Shida, con una lucha sólida y una reacción del público que no pasó desapercibida. Sin duda, Storm se ha convertido en una de las figuras más carismáticas de la compañía y todo apunta a que seguirá siendo el eje de la división en los próximos meses.
Si hablamos de otro de los protagonistas de la temporada, ese ha sido Adam Copeland (Edge) en AEW. Su feudo con Christian Cage está aportando la carga narrativa más intensa de la empresa. En el último cara a cara, la traición de Nick Wayne volvió a dejar a Copeland en desventaja y la rivalidad se encamina hacia un clímax que podría resolverse en Revolution.
Pero hablemos de una de las grandes fechas de la temporada, el 4 de enero, sinónimo de Wrestle Kingdom en el Tokyo Dome. La cita anual de New Japan Pro Wrestling mantuvo el nivel de espectáculo global con un cartel que mezcló tradición y, a la par, renovación. Kazuchika Okada, que disputaba su último gran combate en la compañía antes de dar el salto a Estados Unidos, se despidió derrotando a Will Ospreay en uno de los choques más técnicos y emotivos de la velada. Ambos luchadores ofrecieron una obra maestra que ya figura entre las candidatas a mejor lucha del año y que además sirvió como homenaje a una era que ya llega a su fin.
El evento principal fue protagonizado por SANADA, que retuvo el campeonato mundial IWGP ante Tetsuya Naito, pese a los rumores de muchos aficionados por el más que posible triunfo de este último. El resultado fue celebrado por algunos y criticado por otros que opinan que el momento de Naito sigue pendiente de materializarse.
Respecto a la división junior, esta también fue puro espectáculo con Hiromu Takahashi derrotando a El Desperado, dejando claro que Takahashi sigue siendo la cara visible de la categoría, pese a que parte del público japonés reclame mayor rotación.
Pero hablemos del Impact Wrestling y Hard To Kill como su primer gran show del año y carta de presentación del regreso oficial de TNA. Aquí el plato fuerte fue la coronación de Moose como campeón mundial, derrotando a Alex Shelley en un combate muy físico. El título vuelve así a manos de uno de los grandes referentes de la compañía, una decisión que apunta a reforzar el vínculo con su base de seguidores más fieles.
La división femenina, por su parte, vivió una de las noches más destacadas con la defensa de Trinity contra Jordynne Grace. La ex Naomi en WWE retuvo, pero la química con Grace dejó la puerta abierta a una revancha que, tal y como algunos ven, podría convertirse en uno de los ejes principales de la compañía en 2025.