El último episodio de Monday Night Raw nos dejó una de esas imágenes que podrían marcar una nueva era en WWE. Bron Breakker, una de las superestrellas con mayor proyección del roster, se alineó oficialmente con Seth Rollins y Paul Heyman, dejando claro que esto no es una simple alianza pasajera, sino el germen de un nuevo stable con aspiraciones muy serias.
Irremediablemente, a muchos -sobre todo los que vivimos aquella época en una edad no tan temprana- nos resultó difícil no pensar en otro grupo del pasado, en esta caso Evolution. ¿Estamos ante una versión moderna de esa facción? La comparación no es casual: Rollins parece encajar a la perfección en el rol de Triple H, como el líder en su mejor momento, respaldado por una figura legendaria como Paul Heyman quien, salvando las distancias, evoca la figura de Ric Flair como mentor y figura institucional.
La gran diferencia, por supuesto, es que Heyman no se calzará las botas para subir al ring. Sin embargo, su peso como cerebro detrás del éxito de múltiples campeones mundiales (Roman Reigns, Brock Lesnar, entre muchos otros) lo posiciona como el mejor consejero posible para esta nueva facción. Además, Heyman ha vuelto a su esencial natural y no muestra una imagen tan sumisa como en su etapa de The Bloodline, lo cual hace que la situación sea más atractiva.
Bron Breakker, por su parte, cumple con el rol de la joven fuerza imparable, tal y como lo hicieron Batista y Randy Orton en Evolution. Su estilo arrollador y su hambre de gloria lo convierten en el músculo del grupo, alguien destinado a romper moldes y, posiblemente, arrasar con la escena midcard para posicionarse como el próximo gran campeón.
Después de la unificación de esta nueva asociación, los rumores no se han hecho esperar. Todo apunta a que este nuevo stable no se quedará en un trío, y que un cuarto miembro está al caer. La pregunta es: ¿apostarán por otro joven con proyección, siguiendo la estructura de Evolution, o por un veterano que refuerce la narrativa de dominio total? Nombres como Carmelo Hayes, Ilja Dragunov o incluso Dominik Mysterio ya suenan entre los pasillos de WWE.
Lo que está claro es que, con Rollins como cerebro en el ring, Heyman como estratega en la sombra y Breakker como ejecutor, este nuevo grupo tiene todos los ingredientes para dominar Raw durante los próximos meses. Campeonatos, historias principales y control narrativo de la marca roja parecen estar en su hoja de ruta, lo cual es una gran decisión de WWE.
¿Estamos ante el nuevo grupo dominante de WWE? ¿Volverá Raw a tener un stable que lo controle todo como hizo The Bloodline en SmackDown? El tiempo lo dirá. Pero si algo está claro, es que esta historia acaba de comenzar, y ya nos tiene completamente enganchados.