WWE vuelve a tirar de nostalgia: regresan viejos rockeros del ring

A lo largo de toda su historia, WWE ha jugado con la nostalgia como si fuera una de sus cartas más poderosas. Y hoy, en pleno presente, sigue apostando por ella. No es una estrategia nueva, aunque a veces late con más fuerza que otras. En las últimas semanas, dos nombres han encendido las conversaciones: dos posibles regresos que han desatado la ilusión de buena parte del universo de fans.

Los rumores hablan del retorno de Chris Jericho y AJ Lee. En el caso de Jericho, se siente casi como un destino escrito. Su regreso parecía inevitable desde el mismo instante en que estampó su firma con All Elite Wrestling bajo la mirada de Tony Khan, aun con Vince McMahon cabreado como una mona en su oficina de Stamford.

Jericho forjó su camino en Japón y México, y alcanzó notoriedad en WCW, pero fue en WWE donde se consagró como leyenda. Formó parte de esa generación de luchadores que, como Eddie Guerrero o Chris Benoit, rompieron el molde y demostraron que no hacía falta ser un gigante para cargar con el evento estelar y conquistar campeonatos. No era solo una cuestión de tamaño, sino de estilo, de actitud.

Y2J compartió escenario con los titanes más grandes de la industria: The Rock, Steve Austin, Shawn Michaels, Triple H o Kurt Angle. No solo estuvo a su altura, sino que dejó su nombre grabado en la historia como un luchador capaz de reinventarse una y otra vez, de innovar cuando parecía imposible. Eso, en sí mismo, es una de las gestas más difíciles en este negocio.

Muchos se preguntan cuál debe ser el camino de Chris Jericho: ¿renovar con All Elite Wrestling o regresar a WWE? Nadie puede leer su mente ni adivinar qué pasa por su cabeza en este instante, pero su regreso, seguido de un retiro en la compañía que lo vio consagrarse, parece casi una obligación natural. Jericho es esencia pura de WWE: allí se forjó el monstruo y allí comprendió, como pocos, los secretos de este negocio.

El caso de AJ Lee es diferente. Llegó en una época en la que WWE aún dudaba sobre el rumbo de su división femenina. Con una presencia que rompía con los moldes de las Divas clásicas, AJ apareció como un soplo de aire fresco. Su estilo único, su entrega en el ring y su carisma a la hora de conectar con el público la convirtieron en un icono inesperado, ganándose el corazón de los fans que buscaban algo más auténtico en la lucha femenina.

Al igual que ocurrió con CM Punk -su marido en la vida real-, el nombre de AJ Lee ha sido coreado y reclamado por los fans durante años. En 2015 anunció su retiro y, desde entonces, no volvió a pisar un ring en el más alto nivel. Esa ausencia prolongada, sumada al deseo constante de la afición, convierte la posibilidad de su regreso en un acontecimiento aún más especial, casi en un sueño colectivo que podría hacerse realidad.

WWE usará la nostalgia una vez más con estos dos talentos, aunque no les queda mucho más de aquella época donde rascar. La mayoría de grandes luchadores, como CM Punk y John Cena, están estirando el chicle en su carrera, y están más cerca de los 50 años que de los 40. AJ Lee es más joven (38), pero es considerada una veterana.

Con esto quiero subrayar que WWE disfruta hoy de un roster cargado de talento, pero es un vestuario que, más pronto que tarde, deberá renovarse. La mayoría de sus grandes figuras ya bordean la cuarentena y, aunque los tiempos han cambiado, los cuerpos no resisten eternamente el castigo del ring. Con Wrestlepalooza en el horizonte, la compañía volverá a apostar por la nostalgia y utilizará a sus veteranos como imán para las masas: John Cena, Brock Lesnar, CM Punk, Seth Rollins, AJ Lee, Becky Lynch... Muchos de ellos aún tienen cuerda para rato, pero la realidad es ineludible.