Nikki Bella fue una de las participantes sorpresa en la batalla real femenina de Royal Rumble. La excampeona de Divas volvía a subirse a un ring de lucha libre profesional tres años después de su último combate. La propia Nikki ha declarado en más de una ocasión que desea regresar a WWE para una última etapa. Una idea que no ha hecho más que reforzarse tras el PLE del pasado fin de semana.
"¿Esto es algo puntual o ella ha venido para quedarse Sigan sintonizándonos. Veréis otra aparición de 'Fearless' Nikki, más pronto que tarde, eso seguro. Definitivamente haré más de lo que hice el sábado", dijo en la última edición de The Nikki & Brie Show.
Nikki también ha declarado en más de una ocasión su deseo de volver a formar equipo con su hermana Brie para conquistar los Campeonatos de Mujeres por Parejas de WWE para que sus hijos puedan ver a sus madres competir en un ring y ganar el oro. "Con suerte, Brie 'Mode' estará a mi lado pronto. Más sobre eso pronto", dijo Nikki al respecto.
Nikki y Brie Bellas fueron dos de las figuras más relevantes de la divisón femenina de en la pasada década. Concretamente Nikki se convirtió en uno de los pilares de la denominada revolución femenina, compartiendo protagonismo con luchadoras como Paige y AJ Lee, a quienes pronto se sumarían nuevos talentos procedentes de NXT como Charlotte Flair o Sasha Banks.
Nikki se retiró como luchadora a tiempo completo en 2018 debido a una lesión en el cuello. Desde entonces, ha estado centrada en sus proyectos personales y familiares, incluyendo ser madre. En cuanto a su participación en Royal Rumble, Nikki entró en la batalla real con el número 30. Su participación fue de apenas tres minutos, tiempo durante el cual fue capaz de eliminar a Bayley. Finalmente, Nikki se convertiría en una de la numerosas eliminadas por Nia Jax.