Andre The Giant es conocido por su gran tamaño y fuerza, pero según Jake "The Snake" Roberts, también contaba con una inteligencia descomunal para la lucha libre. En el podcast Six Feet Under con Mark Calaway (The Undertaker), Roberts recordó haber enfrentado a Andre en Grand Rapids. Durante un momento en el que Andre tenía el control, Roberts se sorprendió de que el gigante retrocediera con miedo.
Roberts estaba confundido, hasta que se dio vuelta y vio a una niña de 12 años parada en el ring, sosteniendo su serpiente. En lugar de salir del personaje, Andre improvisó y salió del ring, agarró un micrófono y exigió que los agentes de seguridad arrestaran a la niña. La actuación de Andre claramente funcionó, ya que los policías entraron al ring y agarraron a la niña, que estaba llorando mientras Andre se reía en el papel.
“Andre era un pensador. Veía el momento perfecto y lo hacía funcionar. Tenía una gran visión de la lucha libre, era un adelantado a su tiempo”, afirmó el miembro del Salón de la Fama de WWE.
Jake Roberts y Andre The Giant tuvieron varias luchas en televisión y el gigante francés quedó petrificado por la serpiente de Jake, llamada Damian. A pesar de las preocupaciones iniciales sobre trabajar con Andre, Roberts está encantado de que los seguidores de la lucha libre aún recuerden sus combates hasta el día de hoy.
“Pensé: 'No hay forma de que pueda hacer que este combate funcione'. La mayoría de los chicos simplemente habrían tirado la serpiente fuera del ring. Andre lo convirtió en algo de lo que la gente todavía habla hoy en día, fue impresionante. Para mi, Andre era el hombre más inteligente de la lucha libre, no tengo dudas sobre eso, declaró Jake "The Snake" Roberts.
The Undertaker, también un gran fan de Andre, quedó atónito al escuchar acerca de la sabiduría del gigante en el ring y describió la capacidad de Andre para adaptarse sobre la marcha como una "narración de otro nivel". Incluso décadas después de la trágica muerte de Andre a una edad temprana en 1993, historias como estas demuestran por qué Andre The Giant no era solo un espectáculo en el ring, sino un genio del oficio.