Marina Shafir, es una exluchadora de UFC que fue reclutada para la lucha libre por WWE en el año 2018. En una entrevista en el podcast Talk Is Jericho, Shafir habló sobre las dificultades que tuvo al pasar de las artes marciales mixtas a la lucha libre y elogió a su esposo, Roderick Strong, por hacer que el proceso sea más manejable.
"Roddy (Roderick Strong) fue mi mayor apoyo. No me fue fácil pasar de las artes marciales mixtas a la lucha libre. Me animó a seguir siendo quien él conoce. Incluso cuando lo intentas y fallas, simplemente lo vuelves a hacer... No hay ningún maldito obstáculo, todo es aprendizaje", declaró la luchadora de AEW.
Para Shafir, la parte más difícil de la transición fue aprender a vender los golpes después de toda una vida de entrenadores que le indicaban que no revelara su dolor a un oponente. Si bien ese aspecto de su experiencia en MMA no resultó útil, sí le facilitó el aprendizaje de cómo recibir una caída. Aun así, Shafir admitió que le llevó un tiempo acostumbrarse a actuar en el ring.
"Dade City fue mi primer combate. Tuve la oportunidad de luchar contra Rhea (Ripley) y contra Xia (Lee). El primer combate todos sabíamos que iba a ser una puta mierda, pero todo el mundo te iba a animar porque apareciste y lo hiciste. Al verlo de nuevo, pensé: 'Oh, joder. ¿Qué demonios? ¿Que mierda es esa? ¡Apágalo!'". concluyó la luchadora moldava.
En el momento de su debut en la lucha libre, Shafir era madre primeriza, puesto que había dado a luz a su primer hijo con Strong el año anterior. Ella cree que esa hazaña la ayudó a ganarse el respeto del público.