Para dar inicio a la más reciente edición de WWE NXT, Stephanie Vaquer fue entrevistada en backstage, donde declaró que anunciaría a su retadora para WWE Stand & Deliver una vez finalizado el primer combate de la noche. Acto seguido, "La Primera" se dirigió a la mesa de comentaristas para observar de cerca la lucha entre Jaida Parker y Jordynne Grace.
Desde el primer instante, ambas luchadoras demostraron su fuerza y habilidad en el ring, Parker castigó duramente a Grace con un neckbreaker y su clásica maniobra, The Silencer, mientras que Jordynne respondió con un rolling DVD, un bodyslam y su Vader Bomb, aunque esta último fue esquivado por Jaida. La intensidad aumentó conforme avanzaba el combate, destacando movimientos como el German Suplex de Grace y el Faceplant de Parker.
Cuando la lucha parecía que estaba por terminar, Stephanie Vaquer intervino sin querer al golpear a Jordynne Grace mientras intentaba atacar a Jaida Parker. Esto generó confusión total entre las tres, obligando al árbitro a detener el combate y declarar que no había una ganadora. En medio del caos, Giulia hizo una inesperada aparición para respaldar a Vaquer, y juntas se encargaron de limpiar el ring con certeros dropkicks sobre Grace y Parker.
Sin embargo, cuando parecía que ambas formarían una alianza, Giulia traicionó a Stephanie Vaquer, conectando un headbutt directo y rematándola con un Northern Lights Suplex. Luego, levantó el Campeonato Femenino de NXT en señal de desafío, dejando claro que su regreso tiene un objetivo muy claro: ir por el título.
Más tarde, Giulia fue entrevistada al dirigirse al estacionamiento, donde dejó claro que su regreso no es para ser amiga de Stephanie, sino porque busca una revancha y recuperar su Campeonato de Mujeres de NXT.