Kevin Owens revivió uno de los momentos más controvertidos de su carrera en WWE. El ataque a Vince McMahon en el episodio del 12 de septiembre de 2017 de SmackDown.
El impactante segmento, que también incluyó una superkick y un frog splash, dejó al entonces presidente de WWE de 72 años ensangrentado y consolidó la posición de Owens como heel de élite antes de su combate Hell in a Cell contra Shane McMahon. En una entrevista en el podcast Insight con Chris Van Vliet, Owens confirmó que el cabezazo fue dado legítimamente por insistencia del propio Vince McMahon.
“No paraba de decir tonterías. Me estrechaba la mano e intentaba provocarme porque quería asegurarse de que me la metiera en un golpe en la cabeza. Lo que no sabía es que ya lo tenía pensado. Llevaba dos años trabajando para él, no iba a desaprovechar esa oportunidad”.
Owens describió lo surrealista que fue ver a Vince levantarse ensangrentado tras el cabezazo, calificando el momento de "bastante loco". Sin embargo, su momento más memorable llegó después de que las cámaras dejaran de grabar.
“Mientras caminaba hacia atrás, escuché un alboroto entre la multitud. Me di la vuelta y Stephanie (McMahon) estaba justo frente a mí. Parecía furiosa y simplemente exclamó: "¡Vete a la mierda!". Y yo dije: 'Bueno, de acuerdo', y me di la vuelta."
A pesar de la intensidad del momento, Owens elogió a Stephanie McMahon por su constante apoyo a la generación NXT, incluyendo a él mismo, Sami Zayn, Finn Bálor, Bayley, Becky Lynch y Charlotte Flair. Recordó con cariño sus años de desarrollo, y atribuyó la cultura impulsada por Triple H, Dusty Rhodes y Stephanie a sus carreras.
“Realmente sentían que éramos como sus hijos y se esforzaban por mostrarnos al mundo. Fue realmente especial estar rodeado de esa energía”, concluyó Kevin Owens.