En el evento estelar de WWE SmackDown, Tiffany Stratton logró retener el Campeonato de Mujeres tras una difícil contienda ante Nia Jax. Desde el inicio, la retadora impuso su fuerza física, derribando con facilidad a la campeona y conectando varios ataques, como un samoan drop desde la segunda cuerda, un hip attack en el apron y varios headlocks. Sin embargo, Stratton respondió con una increíble ofensiva aérea.
A medida que el combate avanzaba, Jax recuperó el control con dos potentes powerbombs seguidas de un legdrop, pero Tiffany se negó a rendirse. En un momento decisivo, Nia intentó aplicar el Annihilator, pero la campeona logró sobrevivir al aferrarse a la cuerda inferior. Frustrada, Jax tomó el campeonato e intentó retirarse, pero el árbitro le ordenó regresar. En medio de esa confusión, apareció Naomi con una silla metálica, lista para intervenir, hasta que Jade Cargill apareció para confrontarla.
Stratton aprovechó la distracción para ejecutar su Prettiest Moonsault Ever, aunque Jax aún resistió la cuenta de tres. La campeona intentó ir nuevamente a lo alto, pero fue interceptada por Jax, quien la lanzó con fuerza contra la mesa de comentaristas con un samoan drop. De regreso al ring, Nia se preparó para aplicar el Annihilator, pero Stratton la sorprendió con una dropkick, provocando que la silla dejada por Naomi impactara directamente en el rostro de la retadora.
Con Nia Jax sangrando y visiblemente debilitada, Tiffany capitalizó el momento con un segundo Prettiest Moonsault Ever, siendo suficiente para obtener la victoria. Mientras la campeona celebraba su triunfo, el equipo médico acudió para atender a una maltrecha Jax. Con esta victoria, Tiffany Stratton consolida su reinado con 134 días como Campeona de Mujeres de WWE y acumula su cuarta defensa exitosa.