Durante la más reciente edición de WWE NXT, el caos se apoderó de la división femenina cuando varias superestrellas salieron a exigir una oportunidad por el Campeonato Femenino, título que Jacy Jayne conquistó la semana pasada tras derrotar sorpresivamente a Stephanie Vaquer.
Mientras Jayne presumía su victoria en una promo junto a sus compañeras de Fatal Influence, el segmento se vio interrumpido por una acalorada confrontación entre Lola Vice, Jordynne Grace, Jaida Parker, Kelani Jordan, Lash Legend y Thea Hail, quienes reclamaron su lugar como próximas retadoras al oro. Sin embargo, la tensión alcanzó otro nivel cuando las luces del recinto se apagaron repentinamente.
Mariah May apareció en el palco junto a la grada, marcando su debut oficial en NXT Iluminada por un spotlight y con los fans coreando su nombre, la británica tomó el micrófono para dejar clara su ambición desde el primer momento: “¡Finalmente he llegado! Damas, podéis llamarme la próxima Campeona de NXT, porque la mejor división femenina del mundo se acaba de volver mucho más glamourosa”, declaró.
Mariah May firmó con AEW a finales de 2023 y, aunque su presencia en el ring fue limitada, tuvo un papel destacado como protegida de Toni Storm, participando activamente en las historias de la división femenina. Su estilo, carisma y evolución llamaron rápidamente la atención de los aficionados y de otras empresas. Pese a no haber tenido una trayectoria extensa en AEW, su impacto fue suficiente como para considerarla una de las estrellas emergentes más prometedoras del circuito, teniendo un reinado como Campeona Mundial de AEW.