En la más reciente edición de WWE NXT, Trick Williams defendió una vez más el Campeonato Mundial de TNA en una dura batalla contra Josh Briggs, quien estuvo acompañado por Yoshiki Inamura. Desde el inicio, el combate mostró un ritmo intenso, con Briggs tomando la iniciativa y atacando con fuerza, pero Williams respondió con movimientos ágiles y precisos.
Josh impuso su fuerza desde temprano, derribando al campeón con un tackle y aplicando un flying clothesline que casi le da la victoria. Además, castigó a Trick lanzándolo violentamente contra el esquinero, seguido de un facebuster y un elbowdrop.
A pesar de esto, Williams resistió y respondió con una spinning boot y una lluvia de ataques que dejaron a Briggs tendido en la lona. La acción se trasladó a ringside, donde la presencia de Yoshiki Inamura generó tensión. Williams intentó abofetearlo, pero fue bloqueado, lo que permitió a Briggs recuperar terreno con golpes certeros contra el apron y castigos dentro del ring.
La intensidad continuó con intercambios constantes, desde suplexes y chokeslams hasta moonsaults y ataques sorpresivos. El punto culminante llegó cuando, tras varios intercambios de puñetazos y maniobras, Trick Williams conectó su característico “Trick Shot”, un movimiento que dejó a Briggs noqueado y le aseguró la retención del Campeonato.
Después del combate, Trick Williams tomó el micrófono para exigir respeto, asegurando que carga con el peso de dos marcas sobre sus hombros. Sin embargo, fue interrumpido por Joe Hendry, quien apareció por sorpresa para atacarlo por la espalda. Hendry lo expulsó del ring con un clothesline y trató de levantar el Campeonato Mundial de TNA, pero Williams reaccionó a tiempo y recuperó el título antes de retirarse a backstage, mientras Hendry lo observaba, dejando clara su intención de ir tras el campeonato.