En el evento estelar del episodio 300 de AEW Dynamite, Kota Ibushi se enfrentó a Kazuchika Okada en un intenso combate que revivió una de las rivalidades más destacadas y memorables de New Japan Pro-Wrestling. Desde el inicio, ambos luchadores se entregaron en un duelo de técnica y resistencia, intercambiando golpes y fuertes castigos.
Okada mantuvo el control durante varios momentos de la lucha, castigando con movimientos clásicos como el DDT, Big Boot y un preciso Elbow Drop desde lo alto. Sin embargo, Ibushi conectó varias patadas, un Standing Moonsault y su característico Avalanche Tiger Driver que por poco le da la victoria.
El momento decisivo llegó cuando Okada sorprendió a su rival y conectó finalmente su devastador Rainmaker, asegurando la cuenta de tres. Tras el combate, Kazuchika Okada, Lance Archer y Rocky Romero atacaron sin piedad a Kota Ibushi. Pero justo cuando parecía que el castigo continuaría sin respuesta, Kenny Omega hizo su sorpresivo regreso, luego de estar varias semanas fuera.
En medio del caos, Trent Beretta intentó atacar por la espalda, pero Ibushi lo detuvo, y junto a Omega lo derribaron con un German Suplex. La escena cerró con un emotivo abrazo entre Omega e Ibushi, marcando su reencuentro en AEW y despertando la esperanza de ver nuevamente a The Golden Lovers en acción.