La WWE (World Wrestling Entertainment) no solo ha sido una empresa de entretenimiento deportivo: es una fábrica de íconos culturales que han marcado generaciones enteras. Desde su consolidación en los años 80 como la principal promotora de lucha libre en el mundo, ha visto pasar por su ring a verdaderas leyendas que trascendieron más allá del cuadrilátero. Estos luchadores no solo se destacaron por su fuerza o habilidad técnica, sino por su capacidad de conectar con el público, crear personajes inolvidables y convertirse en referentes globales.
Determinar quiénes son los más grandes luchadores de la historia de la WWE no es tarea fácil. Sitios como Bookmaker | BMR analizan la popularidad, el impacto mediático, los títulos conseguidos y la influencia a largo plazo son factores clave para establecer este ranking no oficial, pero ampliamente debatido entre fanáticos del mundo de las apuestas. A continuación, repasamos cinco figuras fundamentales que moldearon el universo del wrestling tal como lo conocemos hoy.
Hulk Hogan es sinónimo de la explosión mediática de la WWE en los años 80. Su carisma, físico imponente y eslóganes como “Hulkamania is running wild” lo convirtieron en un ícono cultural. Hogan encabezó múltiples WrestleMania y fue pieza clave en llevar la lucha libre de los recintos deportivos a la televisión internacional. Además, su papel en la expansión global de la WWE lo consolidó como una leyenda viviente del deporte-espectáculo.
Con una carrera que abarcó más de tres décadas, The Undertaker es quizás el personaje más respetado y misterioso de la WWE. Su invicto en WrestleMania durante 21 años consecutivos lo convirtió en parte esencial del evento más importante de la compañía. Su estilo, basado en la presencia escénica y la narrativa de lo sobrenatural, lo elevó a la categoría de mito, redefiniendo el concepto de lo que un personaje puede representar en el wrestling.
Durante los años 90, en plena “Attitude Era”, Stone Cold Steve Austin emergió como la voz del descontento. Su personaje de tipo rudo, irreverente y desafiante encarnaba al estadounidense promedio enfrentado al sistema. Su rivalidad con el jefe de la WWE, Vince McMahon, impulsó el rating televisivo a niveles históricos. Austin no solo revitalizó la compañía en un momento clave, sino que marcó el inicio de una nueva era en la lucha libre profesional.
John Cena tomó el relevo en los años 2000 como la cara visible de la WWE. Con una imagen de buen chico, fuerte ética de trabajo y un público infantil que lo adoraba, Cena combinó fuerza física, micrófono y carisma como pocos. Ganador de 16 campeonatos mundiales, igualando el récord de Ric Flair, también se ha destacado por su trabajo benéfico y su transición exitosa hacia el cine y la televisión, sin perder vínculo con la empresa.
En la actualidad, Roman Reigns encabeza una nueva etapa en la historia de la WWE. Tras años de divisiones entre los fanáticos, su transformación en el “Tribal Chief” y líder de The Bloodline ha sido un éxito rotundo. Campeón indiscutido durante más de mil días, Reigns ha logrado imponer una narrativa dominante, con una mezcla de poder físico, storytelling y alianzas familiares que lo posicionan como el luchador más influyente de la última década.
A lo largo de las décadas, la WWE ha sido el escenario donde nacen, crecen y se consolidan figuras que trascienden el deporte para convertirse en mitos culturales. Desde la explosión de carisma de Hulk Hogan hasta el dominio implacable de Roman Reigns, cada generación ha tenido sus propios ídolos, pero todos comparten un elemento común: dejaron una huella imborrable en la historia del wrestling. Y aunque nuevas estrellas seguirán emergiendo, los grandes luchadores de la WWE perdurarán como referentes eternos en la memoria de los fanáticos.