The Miz, el maestro de maximizar oportunidades

En el wrestling, como en la propia vida, hay quienes dominan el arte de transformar cada situación en una oportunidad. Algunos lo hacen por puro instinto de supervivencia, otros para elevar también a quienes les rodean. The Miz pertenece a esa élite: un luchador que, pase lo que pase, sabe sacar provecho y convertirlo en ventaja personal.

Lo hemos visto en toda su carrera profesional. Cuando The Miz dio sus primeros pasos en WWE, su personaje era motivo de burla y desconfianza. Muchos lo veían como un simple rostro televisivo salido de la farándula, alguien que no tenía cabida en un ring de verdad. Sin embargo, lejos de rendirse, utilizó esas críticas como combustible. Con paciencia, astucia y una férrea determinación, fue construyendo una carrera que desmintió a todos aquellos que le daban por acabado antes incluso de empezar.

Ese instinto para escalar posiciones lo llevó hasta un terreno que muchos consideraban imposible: la órbita del campeonato mundial de WWE. Un título que parecía reservado para otros nombres terminó en sus manos, demostrando que la ambición y la estrategia también conquistan oro. El momento cumbre llegó en WrestleMania XXVII, donde no solo defendió con éxito el Campeonato de WWE ante John Cena, sino que además formó parte de una historia mayor con la intervención de The Rock, dejando su nombre grabado en la memoria de los grandes escenarios.

The Miz lo alcanzó todo: la fama, los campeonatos, una mujer a su lado y hasta el protagonismo de un reality show sobre su propia vida. Fue un camino lleno de conquistas que lo consolidaron como un hombre hecho a sí mismo. Sin embargo, como sucede con todo guerrero, el paso del tiempo también le cobró factura. Llegó un punto en que se dejó llevar, apareciendo en los momentos en que WWE lo necesitaba, pero sin la chispa constante que un día lo convirtió en protagonista absoluto.

Sin embargo, cuando parece que ya no queda nada más que contar sobre The Miz, siempre logra reinventarse. Así ha sucedido en estas últimas semanas con la creación de Melo Don’t Miz, el inesperado equipo junto a Carmelo Hayes. Una dupla que ha resultado refrescante no solo para el veterano, también para el prometedor Hayes. Su dinámica es tan sencilla como magnética: el maestro de la astucia exprime cada situación y el joven talento, aunque desconfía, termina brillando a su lado. Lo curioso es que ambos llegan como villanos arrogantes, pero juntos han conseguido ganarse al público, reforzando aún más la idea de que su unión merece continuidad.

Y la historia continuará la próxima semana, cuando The Miz y Carmelo Hayes se enfrenten a Street Profits en busca de una oportunidad por el Campeonato por Parejas de WWE. La llegada de Melo Don’t Miz ha supuesto un soplo de aire fresco para la división de SmackDown, hoy por hoy la más poderosa de la compañía. La calidad de los equipos ya era sobresaliente, pero The Miz ha añadido esa chispa de grandeza que remolca a la audiencia para interesarse por lo que está pasando a su alrededor.

Sinceramente, nunca he sido fan de The Miz. Siempre me ha parecido un luchador limitado, quizá inflado por cierto sector del público americano. Aun así, no puedo negar que posee un carisma especial ue atrapa la atención de muchos fans de WWE. Anoche lo comprobé de primera mano: me quedé enganchado a la pantalla, disfrutando de un equipo que promete dar mucho de qué hablar. Incluso cuando uno de mis colaboradores me advirtió de una noticia de última hora, lo único que respondí fue: “déjame acabar de ver este combate de The Miz”. Quién lo diría... en pleno 2025.