Jacob Fatu reaparece en SmackDown para enfrentar a Drew McIntyre

Drew McIntyre apareció en el episodio de WWE SmackDown del 26 de septiembre en el Kia Center de Orlando luciendo una bota ortopédica para vender su lesión sufrida en WrestlePalooza. El escocés tomó el micrófono para recordar que debutó en ese mismo recinto en un TakeOver, que allí llegó a ser campeón de WWE, pero que ahora no podía salir como nuevo campeón indiscutido tras lo sucedido en el último gran evento.

McIntyre aseguró sentirse robado y cuestionó si los árbitros de la empresa trabajan realmente para WWE o para Cody Rhodes. Aunque aclaró que no culpaba directamente al referee, sí insinuó que existe corrupción en la compañía. Fue entonces cuando el gerente general Nick Aldis apareció para enfrentarlo verbalmente.

Aldis le recordó que en la lucha libre unas veces se gana y otras se pierde: "a veces eres el martillo y otras veces el clavo". Además, puso en duda el uso de la bota médica, ya que el equipo oficial de WWE lo había declarado apto. McIntyre replicó que él contaba con su propio equipo médico y Aldis decidió abandonar el ring, dando por terminada la conversación.

Con McIntyre negándose a marcharse, sonó la música de Jacob Fatu, que entró decidido a encararlo. Fatu no tuvo reparos en mandarlo callar y acusarlo de llorar cada semana por sus fracasos. “Deja de quejarte”, le gritó antes de amenazarlo con tumbar a su “pata de palo”.

El cara a cara se volvió físico cuando McIntyre conectó un Glasgow Kiss, pero Fatu reaccionó con una superkick que hizo volar la bota ortopédica del escocés, cerrando un segmento de gran tensión que dejó sembrada la semilla de una nueva rivalidad.

Jacob Fatu llevaba más de un mes fuera de la televisión antes de su regreso en SmackDown el 26 de septiembre. Su última aparición en pantalla había sido el 15 de agosto, cuando formó equipo con Sami Zayn y Jimmy Uso; desde entonces, se mantuvo activo en house shows y combates no televisados, pero no volvió a los programas semanales hasta su irrupción frente a Drew McIntyre en Orlando.