Andrade no ve racismo en WWE: "Aunque nunca iban a impulsarnos como merecíamos"

Andrade El Ídolo ha decidido hablar sin filtros sobre dos capítulos clave de su carrera reciente: su sensación de techo creativo como talento latino en WWE y el accidentado camino que lo llevó a regresar a AEW apenas días después de abandonar la compañía de Stamford. Ambas historias, contadas en Enmascarados – El Podcast, ofrecen un retrato mucho más complejo de lo que se percibía desde fuera.

Cuando se le preguntó sobre si existe racismo en WWE, Andrade no quiso poner etiquetas ni acusar a la empresa de discriminación directa. Pero sí habló con honestidad sobre la forma en que los luchadores latinos son percibidos, y cómo esa percepción puede frenar incluso el mejor trabajo en el ring.

Su educación, asegura, siempre le impidió adoptar una postura victimista, incluso cuando notaba gestos o comentarios incómodos al trabajar en otro país. "Me criaron mis tíos diciéndome 'levántate, no llores, no seas la víctima'. Cuando vas a otro país y alguien dice algo, pienso: estás en territorio ajeno, te tienes que adaptar", comentó.

Andrade insistió en que nunca sintió racismo personal hacia él, pero sí un patrón que afecta a muchos luchadores mexicanos e hispanos: ser vistos como un bloque, un arquetipo, más que como estrellas individuales con proyección real.

Durante su etapa en pareja con Rey Fénix, todo parecía alineado para una carrera hacia los títulos: química, reacción del público y aval interno. Pero Andrade intuía otra cosa. “Aunque Fénix y yo diéramos luchones, seguíamos siendo 'el equipo mexicano'. No creía que nos fueran a impulsar como merecíamos".

Ese presentimiento pesó tanto que, tras dejar WWE, Andrade se disculpó con Fénix: ambos sabían que podían haber llegado lejos, pero sentían que no estaban siendo posicionados del mismo modo que otras parejas.

Sus palabras no acusan, pero sí exponen una barrera silenciosa que muchos talentos latinos han señalado antes: una dificultad estructural para ser vistos como figuras centrales, independientemente del rendimiento en el ring.

Un debut secreto en AEW, un vídeo viral y un conflicto legal

El mismo episodio del podcast reveló otra historia explosiva: Andrade explicó con detalle cómo se produjo su regreso sorpresa a AEW en septiembre de 2025, un movimiento que desató polémica y abrió la puerta a un conflicto contractual todavía no resuelto.

Al abandonar WWE el 13 de septiembre, Andrade preguntó directamente si tenía cláusula de no competencia. Según él, jamás recibió el documento habitual. Sin carta, sin plazo, sin aviso. Eso lo llevó a asumir que estaba libre para trabajar. Y fue entonces cuando AEW lo contactó… mientras grababan un programa en Hollywood, Florida, a pocos minutos de su casa.

La propuesta fue inmediata: acuerdo cerrado y debut esa misma noche. El problema: Andrade no estaba preparado físicamente, ni siquiera afeitado. Pero AEW quería mantener la aparición totalmente en secreto.

El resultado fue casi cinematográfico: lo metieron por la puerta trasera en una silla de ruedas y cubierto con una manta, aislado en una sala durante horas para evitar filtraciones. Su aparición tras un combate de Kenny Omega fue un bombazo. Andrade salió con máscara negra, la retiró… y el público estalló. En pocas horas, el vídeo superó los diez millones de reproducciones.

Y fue entonces, según Andrade, cuando WWE reaccionó. Días después de que el regreso se volviera viral, recibió una notificación inesperada: "Tenías una cláusula de un año”.