Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano, una empresa comenzó su conquista mundial. Su objetivo, convertirse en el “Rey” del negocio. Para ello fue apoderándose de distintos territorios y un día derrotó a su último gran rival, quedándose en lo más alto como el señor del mundo. Durante más de una década, solo alguna empresa ocasional se había atrevido a mirar al Rey desde la distancia. Sin embargo, más allá del océano, se estableció una alternativa como segunda opción del mundo. Claramente no era ninguna amenaza al Rey, pero suponía algo distinto a la norma que había marcado durante más de una década.
Así comienza la justificación de este encuentro entre Chris Jericho y Kenny Omega, un choque de mundos que colisionarán en Wrestle Kingdom 12 el próximo 4 de enero en el Tokyo Dome. Jericho, un hombre del “Imperio” establecido por WWE, contra Kenny Omega, alguien formado en distintos territorios, pero fundamentalmente alejado del producto ofrecido por los señores del negocio. Para situar este combate hay que hacer un poco de memoria hacia el pasado, ya que ambos comparten una progresión similar.
Kenny Omega es un luchador que comenzó a formarse en su Winnipeg natal (ciudad canadiense de la que también es originario Jericho). Omega es aficionado a los videojuegos, comics, anime y al pro-wrestling y siempre ha buscado el punto intermedio entre todo ello. El luchador ha estado en una extensa lista de empresas, tanto en Japón, Canadá y Estados Unidos. De hecho, también estuvo bajo el paraguas de WWE, con una estancia de un año en su territorio de desarrollo. El mismo Omega ha comentado en distintas entrevistas como no se sentía cómodo amoldándose al sistema impuesto por ellos. Sin embargo, la mayor parte de su trabajo se centra en el país nipón, en donde una sola empresa consiguió cautivarle y esa era DDT Pro-Wrestling.
Omega vio en DDT la posibilidad de reflejar todo aquello que le gustaba, tras haber presenciado un vídeo una lucha de Street Wrestling (combate callejero) de Kota Ibushi. En ese momento comenzó el último paso en su viaje hacia Japón, enviando una grabacón casera a Sanshiro Takagi, presidente de DDT, enseñando que podía retar a Ibushi a una lucha similar. Finalmente, en 2008 comenzó a trabajar en DDT, forjando grandes amistades que cambiarían su estilo, como con Kota Ibushi o Michael Nakazawa. Omega comenzó a aparecer en otras empresas en Japón, pero a finales de 2014 dejó DDT para unirse a New Japan Pro-Wrestling.
Omega llegó como parte del Bullet Club y comenzó a trabajar como “The Cleaner” en la división de Peso Junior. El canadiense llegó como recambio a la cara de Prince Devitt (Finn Bálor), quien se marchó a WWE. La empresa necesitaba un luchador extranjero estrella para la división, haciendo frente a una cara nacional en ascenso como era KUSHIDA. Omega cumplió ese papel y trabajó en un tono más desenfadado pero con gran intensidad. Aun así, sus aspiraciones eran más altas que estar en esta división, y es que quería luchar con los “grandes nombres” de New Japan, como Hiroshi Tanahashi, Kazuchika Okada o Shinsuke Nakamura. Omega tuvo su oportunidad con la marcha de AJ Styles y de Nakamura, ya que la empresa necesitaba otro gran nombre para rellenar el vacío de Nakamura y Styles. En este momento nació la época de Omega.
Kenny Omega comenzó a brillar con buenas actuaciones y dejando de lado ese tono desenfadado. Rápidamente tuvo una rivalidad contra Hiroshi Tanahashi para establecerlo en lo más alto, y seguidamente consiguió hacerse con el G1 Climax. Omega ascendía y con un meteórico 2017, terminó anclándose a lo más alto de New Japan. Omega había cambiado y su estilo ha sido modificado a lo largo de sus experiencias. Ahora era el “Hombre”, la cara para la expansión estadounidense de New Japan. Para reflejar esto, Omega consiguió el nuevo Campeonato de los Estados Unidos en suelo americano. Omega al fin se confirmó como la antítesis de lo ofrecido a WWE, aunque con un estilo similar, pero un planteamiento totalmente diferente.
Con el Bullet Club y con Omega, el grupo alcanzó gran importancia en Estados Unidos y en Japón, consiguiendo grandes ventas tanto en shows como en merchandising. Durante meses, Omega y los Young Bucks, amigos suyos, crecidos con esta situación, comenzaron a lanzar dardos a WWE, con comentarios en contra de algunos luchadores y de la empresa. Obviamente tantas referencias y mensajes no iban a pasar desapercibidos al Gran Rey del negocio, por lo que uno de “los caballeros” del Imperio se lanzó de manera rauda a responder a las infamias de los insolentes que se creían algo. Esta figura era Jericho.