Durante la primera lucha de WWE Stand & Deliver, Ricky Saints consiguió una importante victoria al retener el Campeonato Norteamericano de NXT ante Ethan Page. En un combate físico y lleno de momentos intensos, la acción comenzó con varios intercambios en las cuerdas, donde Ethan tomó ventaja tras abofetear a Saints y llevar la pelea al apron con un running powerslam.
A partir de ahí, Page centró su castigo en la espalda del campeón, quien resistió a pesar de recibir duros ataques como un side slam, un suplex y un poderoso Boston Crab. Ricky buscó responder con su agilidad, conectando un tornado DDT y un springboard crossbody, aunque este último fue esquivado, provocando que el campeón impactara contra la mesa de comentaristas.
El público se mantuvo encendido durante toda la lucha, especialmente cuando ambos luchadores quedaron tendidos en la lona tras otro tornado DDT. El campeón conectó movimientos como un spinebuster y un Michinoku Driver, pero Page no se rindió e incluso llegó a aplicarle su devastador Ego’s Edge, aunque no fue suficiente para cerrar la contienda.
En los momentos finales, Saints sorprendió con una powerbomb desde lo alto del esquinero. Ethan intentó sellar la victoria con una spear, pero Ricky lo bloqueó con un lungblower y finalmente lo remató con su letal Rochambeau para obtener la cuenta de tres y conservar el título.