El final de la primera noche de WrestleMania 41 fue puro caos: Paul Heyman traicionó a Roman Reigns y CM Punk, para alinearse con Seth Rollins y entregarle la victoria en el evento estelar. Un low blow, una silla.... y un nuevo giro maestro en el universo WWE.
Pero mientras el público aún procesaba la traición del "Wise Man", Becky Lynch no podía contener la emoción en backstage. La propia luchadora expuso un vídeo en las redes sociales en la que se le vio estallando de alegría al ver cómo su esposo salía como el gran triunfador de la noche más importante del año.
La reacción no sorprendió a nadie que haya escuchado sus palabras previas al show. “Es el mejor luchador del mundo, sin discusión", delcaró Lynch en sus redes sociales durante el fin de semana. Y el sábado por la noche, esa afirmación pareció convertirse en profecía.
"No hay nadie en este negocio que trabaje más duro, que sea más dedicado o que devuelva tanto a los demás como @wwerollins. En cada show de WWE lo encontrarás detrás del escenario, frente al monitor, viendo cada combate y siempre dispuesto a dar consejos a quien quiera aprender de él", escribió Lynch en Instagram. "En su tiempo libre entrena a sus alumnos de lucha libre, ve sus combates y les ofrece comentarios para ayudarlos a mejorar. Es, realmente, el mejor luchador del mundo. También es el mejor y más amoroso padre y esposo del mundo. Y no podemos esperar a verlo esta noche cuando entre al evento estelar de WrestleMania. Es todo lo que dice ser… y mucho, muchísimo más".
Con esta jugada, Heyman vuelve a cambiar el juego en WWE, dejando a Reigns y Punk traicionados y humillados frente al mundo, mientras Rollins se consolida como la figura central de esta nueva etapa. Todo eso, con una Becky Lynch orgullosa y lista para volver a la acción tras meses de ausencia.
