Ethan Page destronó a Ricky Saints y se coronó como el nuevo Campeón Norteamericano en WWE NXT, tras un combate intenso y sumamente físico que desbordó violencia y emoción desde el primer momento. La lucha comenzó en completo caos, cuando ambos luchadores se lanzaron a los golpes incluso antes de ser presentados oficialmente. La seguridad intentó separarlos sin éxito, lo que obligó al árbitro a iniciar el combate de inmediato.
Desde el arranque, Page demostró su agresividad al acorralar al campeón con potentes puñetazos y estrellarlo contra las escaleras metálicas. Más tarde Ethan intentó usar una silla, pero fue contenido por el personal de seguridad. Ava apareció en escena para dejar claro que debía haber un ganador, ordenando que la lucha continuara sin interrupciones.
Ricky Saints no se quedó atrás y respondió conectando varios ataques que hicieron retroceder a Page, incluyendo un clothesline, varios chops en el esquinero y un DDT que encendió al público. Sin embargo, Ethan retomó el control, enfocando su castigo en la garganta de Saints. En ringside, aplicó un Twist of Fate que impactó directamente contra las patas de una silla metálica, dejando visiblemente lastimado al campeón.
A pesar del dolor, Ricky mostró gran resistencia y un segundo aire, conectando un belly-to-suplex seguido de un DDT invertido que por poco le dio la victoria. Ambos quedaron tendidos en el centro del ring. Cuando Saints intentó cerrar el combate, un descuido permitió que Page escapara al filo del encordado, donde aprovechó para aplicar un Guillotine rope que continuó el castigo al cuello de su rival. Finalmente, Ethan Page selló su victoria tras aplicar un segundo Twist of Fate, esta vez definitivo, logrando la cuenta de tres y proclamándose nuevo Campeón Norteamericano de NXT.