John Laurinaitis, quien fue despedido de WWE en 2022 por su implicación en el escándalo de Vince McMahon, volvió a ser tema de conversación tras conocerse su salida como acusado de la demanda interpuesta por Janel Grant. Según diversos reportes, Laurinaitis habría acordado cooperar con el equipo legal de Grant en su caso contra McMahon y WWE.
Durante su participación en el pódcast Road Trip After Hours, el integrante del Salón de la Fama de WWE, Teddy Long, se mostró indignado por la postura de Laurinaitis, acusándolo de darle la espalda a quien lo convirtió en una figura reconocida dentro de la empresa. "Él simplemente traicionó al hombre que lo hizo alguien. No era nada hasta que empezó a trabajar para Vince", afirmó Long con dureza.
Long fue más allá al recordar que Laurinaitis fue designado como Jefe de Relaciones con el Talento, un puesto de enorme peso dentro de WWE, y lo acusó de abusar de esa autoridad. "Yo fui uno de los tipos de los que abusó", declaró, sin revelar más detalles sobre su experiencia personal.
Cuando Mac David, conductor del programa, sugirió que Laurinaitis simplemente buscaba protegerse, Long no mostró compasión y lo llamó directamente “cobarde”. Para el veterano mánager, aunque Laurinaitis no enfrente repercusiones legales, "tendrá que vivir con eso el resto de su vida".
Ambos compartieron pantalla en 2022 cuando representaron a sus respectivas marcas en un ángulo de "supremacía de marcas". Sin embargo, las palabras de Long dejan claro que no guarda ningún respeto por quien una vez fue su colega detrás de bastidores.
John Laurinaitis ha sido blanco de numerosas críticas por parte de superestrellas y figuras veteranas de WWE, especialmente por su desempeño como Jefe de Relaciones con el Talento. En este rol, muchos lo acusan de abusar de su poder, tomar decisiones parciales y generar un entorno laboral tóxico para varios miembros del roster.
Algunos han indicado que Laurinaitis tenía fama de favorecer a ciertos talentos, ignorando méritos y dejando de lado a luchadores con potencial. Su enfoque demasiado corporativo, desconectado de las necesidades creativas del talento, le valió el rechazo de muchos dentro de la empresa.
También ha sido criticado por su gestión de la división femenina. Luchadoras como Mickie James han sugerido en entrevistas pasadas que bajo su liderazgo, las mujeres no recibían el respeto ni las oportunidades que merecían, y que Laurinaitis perpetuó una visión limitada del papel de las mujeres en WWE.
