Según Dave Meltzer en Wrestling Observer Radio, el acuerdo entre WWE y Netflix podría no estar funcionando como se esperaba. Desde el cambio de plataforma, los datos de audiencia de RAW han descendido, lo que ha generado preocupación entre los ejecutivos.
El problema, según Meltzer, es estructural: la mayoría de usuarios de Netflix no están acostumbrados a ver contenido en directo o en horarios fijos. En lugar de "sintonizar RAW los lunes", la plataforma funciona mediante recomendaciones algorítmicas y consumo a demanda. "Quizás Netflix está mejor preparada para un gran evento mensual, como un Premium Live Event, que pueden promocionar por semanas y lanzar en fin de semana. RAW cada lunes simplemente no encaja con los hábitos del público", explicó Meltzer.
Garrett Gonzales añadió: “Si eres usuario de Netflix, no estás pensando en ver algo en un horario fijo. Entras y ves qué te sugiere el algoritmo. Ese modelo no encaja con un programa en vivo semanal".
Uno de los puntos más delicados es que Netflix tiene una cláusula para salirse del acuerdo tras cinco años, lo que permitiría romper el trato en 2029 si el rendimiento no mejora. Meltzer fue claro: "Están pagando mucho. No creo que lo valga ahora mismo. Pero tal vez piensan que en cinco años estar en Netflix será mejor que en la televisión por cable".
"La audiencia mayor de 50 años ha desaparecido. Esa generación no está entrenada para usar Netflix como plataforma de televisión en directo. Y Netflix tampoco lo pone fácil: si llegas tarde, te quedas atrás; si intentas adelantar, se reinicia o se cae. Eso no es lo que la gente espera de la TV en vivo", añadió Meltzer.
Desde Solowrestling, también podemos confirmar que el modelo de emisión de WWE podría experimentar cambios importantes a largo plazo. Aunque la compañía aún dispone de margen para revertir la situación, lo cierto es que Netflix está adoptando un enfoque distinto en cuanto a la promoción de sus contenidos, lo cual podría tener un impacto directo en cómo se consume la programación de WWE.
Inicialmente, la plataforma apostó de forma decidida por los shows semanales, dándoles visibilidad y cobertura. Sin embargo, desde WrestleMania 41, se ha notado un giro en la estrategia: los eventos Premium Live Events (PLE) han pasado a ocupar un lugar central en las campañas de marketing y en la interfaz del servicio, relegando así el protagonismo habitual de Raw y SmackDown.
Otro aspecto relevante es que Netflix ha enfocado toda su promoción en fidelizar al fan más comprometido, dejando de lado la tradicional estrategia de captar a nuevas audiencias. Si esta tendencia continúa, WWE podría enfrentar un problema importante a nivel internacional, ya que existe el riesgo de perder una generación completa de potenciales nuevos aficionados, especialmente entre el público más joven o casual, que difícilmente llegará a conocer el producto si no se le presenta de manera accesible y atractiva.
Este nuevo paradigma obliga a WWE a replantear su estrategia de crecimiento global, ya que su éxito futuro dependerá no solo de mantener a los fans actuales, sino de seguir sembrando el interés en quienes aún no han descubierto el producto.
