Bruce Prichard, sobre Jim Johnston: "Su música empezó a sonar siempre igual"

Bruce Prichard ha reabierto un viejo debate sobre la etapa dorada de los temas musicales en WWE. Durante su intervención en el canal de YouTube Something To Wrestle, el directivo reflexionó sobre el legado del mítico compositor Jim Johnston, pero también dejó claro que, con el paso del tiempo, su estilo empezó a mostrar límites.

Para Prichard, el problema no fue la calidad, a la que reconoce abiertamente, sino el desgaste natural que supone cargar todo el peso creativo sobre una sola persona durante décadas. Según su visión, esa saturación terminó haciendo que muchas canciones sonaran demasiado parecidas.

Jim escribió la banda sonora de la juventud de mucha gente. Pero cuando solo una persona hace todo, llega un punto en el que empieza a sonar igual.

Prichard incluso señaló un ejemplo concreto para ilustrar su argumento: que muchos temas acababan recordando al de Bam Bam Bigelow, no por falta de talento, sino por repetición involuntaria de fórmulas. De ahí, explica, la necesidad de traer refuerzos como Jimmy Hart o Rick Derringer para diversificar el sonido de WWE. "No es un ataque personal. Su trabajo fue increíble. Pero Jim tenía un sonido, y después de escuchar tantas composiciones, todo empezaba a parecerse", declaró.

El productor concluyó que, en lugar de compartir carga creativa, Johnston prefería mantener el control absoluto, algo que, para Prichard, terminó siendo contraproducente para el propio compositor. De acuerdo con su reflexión, aceptar ayuda habría permitido mantener frescura y variedad sin comprometer la identidad musical de la compañía.

La salida de Jim Johntson de WWE

La marcha de Jim Johnston de WWE se produjo en diciembre de 2017, poniendo fin a más de tres décadas de trabajo con la compañía. Su salida fue abrupta y, según se supo después, motivada por el cambio de modelo interno: WWE quería modernizar su identidad sonora y apostar por equipos externos como CFO$, algo que reducía progresivamente el rol de Johnston.

Durante meses se especuló con tensiones creativas y con la percepción de que su estilo no encajaba ya en la nueva estrategia musical de la empresa. Aun así, su despedida no fue pública ni celebrada en pantalla, pese a haber compuesto algunas de las entradas más famosas en la historia del wrestling.

Con el paso del tiempo, Johnston no ha ocultado su descontento con la dirección musical que tomó WWE después de su marcha. En diversas entrevistas, ha señalado que la música actual carece de la 'alma' y el enfoque narrativo que él consideraba fundamentales para construir la identidad de un personaje.

Los temas de ahora funcionan como música de fondo, pero no te dicen quién es un luchador. No cuentan una historia. No tienen corazón.

Para Johnston, la entrada de un luchador no es solo un sonido para acompañar una aparición: es la primera pieza de su personalidad, una herramienta emocional para conectar con el público. Según él, esa filosofía se ha perdido entre producciones más genéricas, diseñadas para encajar en el flujo televisivo antes que en la narrativa individual.