Cuando se habla de wrestling americano, ya bien sea gente que entendemos o que seguimos el tema o gente que desconoce la materia, lo primero que se nos viene a la cabeza son las grandes empresas, aquellas que debido a su potencial económico pueden permitirse retransmitir uno o varios programas semanales en televisión. Mundialmente conocidas, la mayoría de sus seguidores no suelen abrir su mente y dar una oportunidad al resto de independientes, que con esfuerzo y sacrificio intentan abrirse un hueco en este complicado negocio. Negocio, en el que los que saben distinguir entre lo bueno y lo malo, se habrán dado cuenta que ya puedes tener un show de tres horas y más de tres puntos de share, o traer a grandes estrellas tan deseadas como Tito Ortiz (nótese la ironía), que en ocasiones, lo que importa es saber llegar a dentro, al corazón. Es exactamente lo que PWG se está encargando de hacer ahora mismo y por ello, ha acabado ganándose un reconocimiento muy merecido.
Si algo puede definir a PWG es como una compañía cercana y humilde, que intenta llevarse el público al bolsillo con buen wrestling. Siempre dando síntomas de desorganizada, todos los eventos empiezan con mucho retraso pero es porque antes de comenzar cada velada, el público tiene la oportunidad de interactuar con todos los wrestlers (ahí mismo al lado del ring), los mejores del continente sin duda alguna, algo que es un verdadero lujo porque aquellas personas con las que pueden compartir algunas palabras, algún día acabarán siendo estrellas televisivas (Danielson, Hero, Claudio, Sami, Generico…)
El ambiente siempre es genial. La pequeña arena de Reseda es la identidad de la compañía. Sus dimensiones no le permiten crear una barrera de separación entre ring y público. Puede parecer poco profesional pero en realidad es la hos***. Vivir la acción ahí, como si fueras parte del combate, te hace involucrarte mil veces más en lo que estás viendo hasta llegar al punto de olvidarte de todo y sentir la magia que se llega a producir cuando gente como Young Bucks, Inner City o Steen hacen acto de presencia. Nunca lo he sentido, pero me encantaría.
Esta especie de “esencia” que comentaba en el párrafo anterior es la culpable de que los eventos sean tan supremamente bueno. Los mejores wrestlers independientes están deseosos de formar parte de los DDT, BOLA o el Anniversary Show. Y claro, si juntas el talento de los hermanos Jackson, Eddie Edwards, Steen, Richards, Lethal, Adam Cole, Michael Elgin o Drake Younger es muy difícil que no te lo vayas a pasar bien. Ya sea bien con combates ultra-extremos, con luchas técnicas o bien con encuentros entre high-flyers donde cuerpos vuelan por todos los lados, la gente que acude a Reseda siempre sale extremadamente contenta, y eso es por algo.
Todo esto consagra a PWG como la promoción americana de wrestling desde hace tiempo, sin duda alguna. Ya no solo es la calidad luchística. Es el ambiente, el escenario, el público. Es todo. La familia de PWG, crece y seguirá creciendo si todo continua marchando sobre ruedas. Con carteleras como la de este viernes, día en el que se celebrará el décimo aniversario, con London y Kendrick haciendo pareja de nuevo, una triple amenaza por el título mundial con reglas extremas entre Steen, Younger y Cole, y otra por el título de parejas en un combate de escaleras entre Young Bucks, Dojobros (Strong y Edwars) e Inner City (Ricochet y Rich Swann), es indudable que PWG volverá a dejar con la boca abierta a todos los asistentes. ¿Será alguien capaz de destronarles? Como sigan con este ritmo lo dudo mucho.
Fotografía de David Chen, DDT 2013, despedida de El Generico
Iván Santos
Solowrestling.com