Según un informe del Wrestling Observer Newsletter, algunos luchadores de Impact Wrestling debieron someterse a pruebas de COVID-19 por contacto estrecho con un positivo durante la última serie de grabaciones de cara a su próximo evento PPV Hard to Kill que se realizará en enero.
Los luchadores testeados estaban molestos ya que se enteraron de la noticia por un rumor entre bastidores. Además no se les notificó quién era el caso positivo ni tampoco se informó a otros empleados de Impact sobre la problematica que estaba sucediendo.
Se creía que el luchador que dio positivo en la prueba de COVID-19 estaba viajando a Nashville con un grupo de persona y debido a la cercanía que tuvieron durante todo el viaje se podría haber propagado el virus. Anteriormente, Impact no había tenido ningún caso aunque según un talento aseguró que Impact Wrestling es la única empresa que no realiza pruebas de COVID-19 y está siendo muy irresponsable con las medidas sanitarias.
