Sami Zayn fue atacado brutalmente en la última edición de Monday Night Raw. Primero, por parte de Karrion Kross, quien lo asaltó en la rampa con un tubo de metal y lo atacó reiteradamente hasta que Adam Pearce y un equipo de auxiliares de WWE intervino. El canadiense insistió en competir contra Bron Breakker y le salió caro. Breakker ya había prometido que iba a destrozar a su rival, y cumplió su palabra, aunque recibió una ayuda que no pidió.
El combate fue una carnicería. Breakker aniquiló a un debilitado Zayn con tres Spears demoledores, dejando claro que el canadiense no estaba en condiciones de pelear. Tras el combate, en backstage, Seth Rollins felicitó a Breakker por el daño causado, y Paul Heyman apareció para anunciar que Zayn quedaba fuera de acción de forma indefinida.
Mientras Breakker, Rollins y Bronson Reed celebraban sus acciones con carcajadas, Breakker recordó brevemente que no había solicitado la intervención de Kross y preguntó si debían enviarle un mensaje. Sin embargo, la euforia del momento desvió su atención, al menos por ahora.
Más tarde, Bronson Reed se enfrentó a Jey Uso con la intención de reafirmar el dominio de su stable. El combate terminó con descalificación, pero eso fue solo el inicio de la pesadilla para Uso. Reed no se conformó con la decisión arbitral, después de lanzarle una silla a Uso: ejecutó varios Tsunamis sobre el excampeón mundial, dejando a Jey totalmente inerte. El castigo fue tan severo que Uso tuvo que abandonar el ring en camilla, lo que podría traducirse en una nueva baja para el roster principal.